En este arte podemos distinguir dos etapas separadas por el Edicto de Milán (313) mediante el cual se reconoció la libertad de culto a los cristianos.
En la primera etapa anterior al Edicto de Milán a pesar de que los primeros emperadores (Augusto,Tiberio, Calígula y Claudio) permitieron la propagación del cristianismo, puesto que en un principio se consideraba que no suponía ningún peligro para la integridad del Imperio, a partir de Nerón comenzó la primera persecución, debido a que se pusieron cada vez más de manifiesto ciertas diferencias insalvables: el monoteísmo y su celo proselitista, el rechazo hacia otras creencias religiosas y sobretodo, su negación a rendir culto al emperador.
Los Apóstoles seguían acudiendo al Templo para orar. En
cambio, al no tener lugar propio, la
Cena del Señor o Fracción del Pan se celebraba en las casas particulares de los
primeros cristianos.
En Roma sabemos que existían edificios de culto antes del
siglo IV: la ciudad estaba dividida en titulus (parroquias). Había al menos
unas 25. Sin embargo, han desaparecido o han sido sustituidas por Basílicas o
Iglesias.
“Titulus” es la inscripción colocada en las puertas de sus
casas, donde se indicaba el nombre del propietario y los límites de la finca.
Los primeros cristianos se congregan en las casas particulares para celebrar la
eucaristía. La Iglesia se reúne en una domus (=casa), y con el paso del tiempo
se identifica domus con titulus, convirtiéndose en sinónimos que identifican el
lugar (locus) donde la comunidad celebra
la eucaristía y los demás sacramentos. En un principio las domus son conocidas
por los tituli (nombres) de sus propietarios, pero a partir del IV-V sólo los
mártires tienen el honor de dar “título” (en el sentido de nombre) a las
iglesias.
Ya en el siglo II se empieza a denominar domus ecclesiae a
los lugares destinados al culto. En el siglo III existen incluso de nueva
planta. Antes de la paz de Constantino no tuvieron seguramente un modelo
arquitectónico propia.
Las domus ecclesiae solían tener salas para la celebración
del acto eucarístico, los ágapes, los bautizos, otras para la formación
doctrinal de los presbíteros a los catecúmenos o neófitos (no bautizados),
salas de tipo administrativo e incluso también la vivienda para el presbítero.
La sala destinada a la Eucaristía solía tener un gran tamaño
y estaba dividida en dos partes por un arco o una puerta debido a que los
catecúmenos no podían ver aunque sí escuchar la Consagración, así que debían
retirarse a la segunda parte de la estancia (catecumenado) al llegar dicha
parte.
Estas parroquias son llamadas indistintamente Domus
ecclesiae o Tituli. En Roma se han
encontrado algunas bajo la basílica de S. Clemente, en Santa Atanasia, San
Martín del Monte, bajo la basílica de San Juan y San Pablo.
Las dos parroquias más importantes que se conservan son el
Titulus de San Martino al Monte (Roma) y el Titulus de Dura Europos (Siria),
cerca del río Éufrates.
Bibliografia:
- Historia del Arte en la Antigua Edad Media" M. Teresa González Vicario, Esther Alegre Carvajal, Genoveva Tusell García.
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