En la segunda mitad del siglo VIII a.C se consolida la aristocracia y la estructuración definitiva de la forma urbana. La aristocracia guiada por una serie de personajes que adquieren mayor relevancia, llamados principes, llenan su tumbas con ajuares de objetos preciosos dotados de una evidente simbología que lude al poder real.
Un claro ejemplo es el del yacimiento de Acqua Acetosa a 8 km al sur de Roma en la moderna Via Laurentina, en la localidad de Acqua Acetosa. El poblado protohistórico aunque de modestas dimensiones, debía de tener una cierta importancia dado su cercanía al Tiber y su posición en los confines de Roma.
La construc ción de tumbas de habitación o pseudo-habitación pone de manifiesto la cumulación de riqueza por parte de ciertos grupos familiares. Su voluntad de distinguirse, incluso en la muerte, se refleja en las sepulturas, a las cuales se reserva una zona particular en la necrópolis.
De particular interés es la Tumba 70, perteneciente a una mujer de rango aristocrático. Datada en la primera mitad del siglo VII a.C, se trata de una habitación con un banco donde venía depositado el cuerpo. La difunta estaba acompañada por su ajuar fúnebre, entre lo que destaca un carro nupcial, un trono y laparte norte de la tumba que estaba reservado a la representación del momento público del banquete, donde entorno a un gran holmos con taza a cráter utilizado para la mezcla del vino, el prestigio de la difunta era exhibido en el ajuar de 103 vasos para el consumo del vino.
Laurentina Acqua Acetosa. Vista aérea de la tumba n.° 70
(da A. Bedini 2000, pag. 357, fig. e)

Laurentina Acqua Acetosa. Holmos, tumba n.° 70
(da A. Bedini 2000, pag. 358, fig. i)
Otra gran señal de la presencia aristocrática en el territorio se debe a la construcción de nuevas residencias, destacándose de las hasta ahora típicas construcciones en forma de cabaña, asumen formas monumentales de palacio que requieren una importante pericia técnica. Plinio el Viejo (Naturalis Historia, XXXV, 152) nos habla de la llegada de artesanos griegos denominados Eucheir (de buena mano) Eugrammos (del buen diseño) y Diopos (del que trasmite).
Destaca el Palacio de Acquarossa, Vitrebo, del siglo VI a.C surge en el interior del centro urbano etrusco de edad arcaica que debía su importancia y prosperidad a su situación estratégica, cercana a la intersección de algunas importantes vías de comunicación. La construcción más importante es el palacio, cuya planta está compuesta por dos cuerpos dispuestos en forma de L alrededor de un patio. No obstante la importancia de este sitio arqueológico, único en toda la Etruria, el visitante queda frecuentemente bastante desilusionado por las ruinas que quedan a la vista, por lo que recomendamos que realice mejor la visita del Museo Arqueológico de Viterbo, donde todos los restos encontrados aquí, se exponen de manera acertada en un recorrido interesante.
Las tumbas y los palacios servían por lo tanto a la legitimación del poder de los príncipes. En el caso de las tumbas, el prestigio de la aristocracia se medía en función a la antigüedad de la propia estirpe y a ser posible de enlazarla con algún héroe griego.
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